domingo, 26 de noviembre de 2017

Discovery Si vis pacem, para bellum & Into the forest I go

Si vis pacem, para bellum & Into the forest I go


Cuidado, a continuación hay SPOILERS!!


Algunos apuntes
Con estos dos capítulos se cierra la primera parte de esta temporal inicial de Discovery, despidiéndonos con la confirmación de una segunda, lo cual no era de extrañar viendo las imágenes de producción y sabiendo los altos costes por episodio. El inicio de Si vis pacem, para bellum (DIS, 1.08) no puede ser más espectacular con el combate naval, para pasar a una típica misión planetaria de primer contacto con posesión alienígena incluida. La verdad es que la historia en Pahvo me pareció, aunque interesante en su punto de partida, aburrida en su desarrollo, sin poder olvidar que es una idea muy similar al de los organianos en Errand of mercy (ST, 1.27). Al mismo tiempo a bordo de la nave sarcófago, que ahora pertenece a Kol, L’Rell sigue con sus intrigas e intenta rescatar a la almirante Cornwell, descubriendo que todos sus amigos han sido asesinados y jura venganza. Lo que promete ser interesante.

En Into the forest I go (DIS, 1.09), cuyo título hace referencia a la frase del naturalista John Muir “And into the forest I go, to lose my mind and find my soul” algo así como “Y en el bosque voy, a perder la cabeza y encontrar el alma” tenemos el desenlace de este capítulo doble. Lorca, con su labia viperina y manipuladora digna de Saruman, que utiliza cuando quiere conseguir su objetivo a toda costa sin importar las consecuencias, convence a Stamets para hacer 133 microsaltos con el motor de esporas (o champiñones). ¡Nada menos de 133 saltos! No podían ser ocho o una docena, o veintiuno, sino nada más y nada menos que ciento treinta y tres. Para eso también podían haber saltado 222 veces, que es un número más bonito. Simplemente me parece una exageración. Y mientras la Discovery salta y que te salta alrededor de la nave klingon, Burnham y Tyler se pasean por su interior para lograr descubrir el patrón del sistema de ocultación. Tras escapar y destruir la nave sarcófago, la Discovery realiza un último salto para volver a casa, pero todo falla, Stamets se queda catatónico después de mandar la nave a otro lugar… Una de las consecuencias que ya se habían indicado del motor de esporas era su capacidad de poder viajar entre dimensiones y (¡Cuidado SPOILER!) como ya nos habían confirmado que visitaríamos el Universo Espejo, este desenlace la verdad es que era de esperar. Y ahora nos encontramos en un lugar desconocido, rodeados de restos de una batalla… a la espera de los siguientes capítulos.

Recapitulando: una serie para el 2017
La clásica fue un producto magnífico, rompedor en su época y aun hoy es más transgresora que muchas series actuales. Eso le permite presumir de ser una de las pocas series que no ha envejecido, sino que ha maduro gracias al tratamiento que se hacían muchos sus guiones (no todos claro está) sobre los temas universales que querían exponer. Los sucesivos spin-off siguieron su estela y crearon un universo extenso en personajes, civilizaciones y rico en tramas que vio su final en la cuarta temporada de Enteprise más bien por la división de derechos, que por haberse agotado argumentalmente. Pero nos guste o no, las cosas han de evolucionar y como bien recordaba una integrante del equipo del postcast Destino Arrakis, en su post Warp 10, los trekkies de toda la vida no somos el público objetivo de Discovery, sino los espectadores más jóvenes que se han aproximado al universo de Star Trek a través de las películas de J.J. Abrams, captando nueva audiencia, notándose sobre todo en la parte visual. Por lo que habrá cosas que no nos gusten a todos, pero por ahora la serie sí es interesante.

Aun así vista esta primera tanda he notado una narrativa poco fluida, donde han querido hacer un arco argumental, pero sin olvidar las historias autoconclusivas típicas de la saga. Y eso en ocasiones hace que la trama avance a trompicones, y me han resultado extraños sobre todo los tiempos en que suceden los acontecimientos. Mientras Burnham estaba en presión el albino ha pasado esos 6 meses aislado a bordo de la nave sarcófago, pero luego pasar solo un capítulo entre el final de The butcher’s knife… (DIS, 1.04), donde L’Rell le dice que le puede hacer ganar la guerra pero con un coste y Choose your pain (DIS, 1.05) en la que ella reaparece a bordo de una nave prisión. ¿Dónde está el albino desde entonces? ¿Cuánto tiempo realmente ha pasado entre esos dos hechos? Otro ejemplo estaría en el asalto a la Discovery de Mudd en en Magicto make the sanest man go mad (DIS, 1.07), en el que solo ha habido un episodio desde que se le dejó en la nave prisión. O que de repente se sepa que en Pahvo existe la tecnología para detectar el camuflaje klingon, ¿cómo se ha descubierto eso, se sabía antes, fue la Discovery quien lo localizo, ha sido otra nave o una bola de cristal? No te dice nada sobre ello, (salvo que yo me haya perdido algo) solo que están en esa misión tan importante, pero podrían también estar de excursión, ya que al final el resultado sería el mismo.

Esta sensación de avanzar a saltos es debido a que aún se está buscando el ritmo, lo cual es normal al inicio de cualquier proyecto, y sobre todo al ser un producto de una saga tan consagrada como Star Trek. Pero al mantener la idea de historias autoconclusivas han sacrificado la narrativa fluida de una historia arco. Es posible que esa falta de métrica sea dada por la marcha al frente del timón (aun no muy bien explicada) de Bryan Fuller, su primer showrunner y creador de personajes y del tronco central de la historia. Sin olvidar que es un equipo de producción completamente nuevo que aun ha de encontrar la manera de desarrollar lo que nos quieren narrar.

Los personajes como Burnham, Lorca, Tyler, Stamets y el doctor Culber están bien definidos y han tenido un desarrollo correcto en estos pocos capítulos. Saru tiene una premisa interesante, pero en Si vis pacem, para bellum (DIS, 1.08) parece haberse quedado estancado en la idea de un personaje dominado por el miedo, espero que los guionistas lo superen y nos muestren algo más de él. Mientras que Tilly… por ahora es el elemento gracioso que se dedica a meter la pata, pero que debería evolucionar con rapidez antes de que se haga insoportable. De los klingons el albino Vop ha desaparecido de golpe, curiosamente cuando apareció Tyler. L’Rell esconde muchos secretos, me pareció cogido por los pelos que fuera una experta en interrogación, pero han sabido utilizar esa faceta para desarrollar a este personaje que me parece interesante. Mientras que Kol es el típico guerrero al estilo de Kor, Duras o Gowron, y espero que Into the forest I go (DIS, 1.09) no sea su final. Me gustaría qua desarrollaran a algunos de los oficiales de la Discovery como Airiam, la teniente Detmet, que ya conocimos a bordo de la Shenzhou, o la piloto Owosekun, que por ahora tan solo son parte del decorado y que me resultan personajes secundarios interesantes.

En definitiva estos primeros capítulos me han dejado con ganas de más historias de la Discovery (algo que tampoco podría ser de otra manera, tengo que confesar). Pero bajo mi punto de vista han de mejorar la narrativa para hacerla más fluida. Y al mismo tiempo abrirse más a algunos tripulantes de la nave para no caer en la rutina de siempre tratar con los mismos personajes y hacer la serie más coral. Por suerte hay tiempo para que estos detalles se pulan.


Ll. C. H.

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miércoles, 15 de noviembre de 2017

Diseñando las naves klingon de Discovery

Hace poco un comentario de un lector del blog definió a las naves klingons como “austeras y funcionales máquinas de guerra” y en general así podíamos definirlas. Los cruceros, desde la D7 de la clásica, hasta los Vor’cha o Negh’Var de TNG eran modelos que seguían un diseño básico e identificable allí donde se vieran. Un módulo de proa donde se encontraba el armamento principal y el puente, unido por un largo cuello a una sección de ingeniería donde se encontraban los sistemas de propulsión. Lo que otorgaba al conjunto una forma, vista desde arriba, de pájaro, con las alas desplegadas. Mientras que los más pequeños pájaros de presa (el nombre original procedía de las naves romulanas vistas en Balance of terror (ST, 1.08) que tenían un pájaro dibujado en la parte inferior del casco) tenían un aspecto similar. Los diseños de la precuela de Enterprise seguían el mismo esquema y de una nave a otra podía verse una clara evolución. Ahora en Discovery las naves han cambiado su aspecto característico, como el de su maquillaje, aunque mantienen ese similitud con una forma aviar, en su mayoría se han alejado de su característica forma, adoptando detalles barrocos y recargados.

Nave sarcófago
El primer modelo visto es la nave sarcófago, un modelo que claramente antiguo, podría decirse que legendario, impregnado de una tradición en declive. Fue diseñado por Mark Worthington o su estudio y las imágenes fueron filtradas en el verano del 2016, y tanto su exterior, como su interior, se asemeja a una recargada catedral ornamentada, en realidad con exceso de decoración, que en un propósito ceremonial no desentonaría. Aun así la nave es perfectamente operativa para la batalla, como no podría ser de otra manera en esta cultura, incluyendo un arma frontal como en la mayoría de otras naves klingons, y un sistema de ocultación.


Destructores & cruceros
Tras la llamada de T’kuvma en The vulcan hello (DIS, 1.01) aparecen un nutrido grupo de naves de diversas formas. Algunas de estas fueron diseñadas por John Dickenson, que utilizó ornamentos metálicos en el casco para crear un aspecto más industrial, pero sin alejarse del aspecto de pájaro al usar estructuras alares a los lados.





El destructor tiene un casco más robusto, con las estructuras laterales más alargadas, asemejándose a dos cuernos, con un alargado y estrecho donde se encuentra parte de su armamento.

Otra tenía un casco gemelo y simétrico que sería identificada como crucero en Si vis pacen, para bellum (DSI, 1.08).


Nave rompedora
Una táctica de combate y en sí un diseño nunca visto anteriormente en Star Trek, es la “cleave ship”, que podríamos traducir como hendidora o rompedora. (1) Es capaz de partir el casco del adversario gracias a un forma de cuchillo de su proa, cual espolón en las antiguas galeras. Equipada con un sistema de ocultación envistió al USS Europa durante la batalla de las Estrellas Binarias, siendo destruida cuando esta se autodestruyó.




Pájaro de presa
Tienen una distribución similar a la clase B’rel, con un cuerpo central y alas que se alargan hacia la popa claramente definidas. Es el diseño que más se asemeja al aspecto original, pero solo en su concepto, aunque su nueva forma, más ondula tiene cierto parecido a los planeadores de la muerte de los goa’uls de la serie de Stargate.


Crucero D7
El legendario crucero de la clásica, visto por primera vez en Elaan of Troyius (ST, 3.02), regresaría en Choose your pain (DIS, 1.05) pero completamente reimaginado. Su diseño se aleja del largo cuello que une el puente y la sección de ingeniería, acentuando la forma de delta y perdiendo las barquillas de curvatura, según se puede apreciar en la Batalla de las Estrellas Binarias, asemejándose ligeramente al Destiny de Stargate Universe. (1) También es posible que como nave prisión, esta fuera modificada con un casco más robusto, ampliando la sección de popa.


Interceptores
Estas pequeñas naves biplaza tipo cazas tienen una proa abultada semejante a insecto, con una serie de alas situadas detrás de esta que se extienden hacia arriba y los lados, como las plumas de la cola de un pavo real.





Conclusión
Tengo la sensación que han querido explorar ideas nuevas sin alejarse mucho del concepto de forma de pájaro que les dio Matt Jefferies al crear el crucero D7 en la clásica. Han incorporado unos diseños orgánicos, pero al mismo tiempo dando un aspecto más gótico, mezclado con elementos industriales, como demuestran los diseños de John Dickenson. Pero se han alejado del aspecto tan bien definido y que en Enterprise lograron crear una evolución perfectamente progresiva hasta el siglo XXIV. Como elementos separados algunas me gustan más que otras, como el destructor o el crucero creados por Dickenson. La idea de la nave sarcófago y su diseño son las únicas que podrían encajar en una armada klingon, pero en general podrían pasar por otras muchas civilizaciones ya vistas en Star Trek o en una nueva que hubieran creado como antagonistas de la tripulación de la USS Discovery.



Notas de producción:
(1) Aunque personalmente la llamaría “nave cuchilla”.

(2) La franquicia de Stargate fue rodada en Canadá, exactamente en Vancouver, mientas que Discovery lo está siendo en Toronto. ¿Coincidencia?

Ll. C. H.

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lunes, 6 de noviembre de 2017

Discovery Lethe y Magic to make the sanest man go mad

Lethe & Magic to make the sanest man go mad
  
Cuidado, a continuación hay SPOILERS!!
  
Con una precuela tan cerca de las aventuras de la clásica era previsible que algunos de sus personajes pudieran aparecer. Y durante el rodaje ya nos anunciaron que los primeros (espero que hayan más) serían Sarek, que además es el padre de Spock y el bribón, embaucador y timador Mudd, el único villano que había aparecido dos veces en la serie. Por suerte ambos personajes han encajado bien en Discovery, mostrando evoluciones dentro de sus roles, sin perder su esencia original, sobre todo Sarek que nos puede ofrecer matices inesperados de su hijo medio humano.

La encrucijada vulcana
El personaje de Sarek tiene una larga trayectoria dentro de la saga con 8 apariciones previas a Discovery. Se nos presentó en Journey to Babel (ST, 2.15) donde se aprecia un enojo con su hijo porque: “él escogió dedicar sus conocimientos a la Flota Estelar y no a la Academia Científica de Vulcano”. Aunque no exprese emociones y exponga un hecho tangible, su rechazo a que Spock le muestre la nave es una clara prueba de reproche, además ya se dice que llevan 18 años sin hablarse con normalidad. (1) Y ante la pregunta de por qué se casó con su esposa humana responde: “en ese momento me pareció lo más lógico”. Siempre creí que la motivación de Sarek había sido la de integrar ambas razas, demostrar a su gente que estos no eran inferiores y lo hace casándose y teniendo un hijo con una terrestre. Pero al mismo tiempo tiene ese rechazo a lo que representa lo “humano” que tiene su vástago, lo cual no deja de ser contradictorio. Ahora descubrimos que Spock no se ha criado solo y que tenía a una hermana humana adoptada que se había formado con las técnicas de aprendizaje vulcanas. Y en Lethe (DIS, 1.06) nos confirma por una parte del objetivo de Sarek es “integrar a los humanos” en su cultura y, de paso, nos aclaran el enojo que tiene este con su hijo. El cual no es tanto por la elección de Spock desoyendo los deseos de su padre, sino por lo que tuvo que hacer este por culpa de su xenófoga cultura al obligarle a escoger entre su hijo y Burnham para que uno de los dos entrara en el Grupo de Exploración. Él elige a Spock, posiblemente una opción dictada por sus sentimientos (podemos pensar que aunque Burnham fuera mejor alumna que su hijo, pero este debía seguir los pasos ancestrales de la familia y servir en las instituciones vulcanas), pero cuando este decide unirse a la Flota Estelar, ni su protegida, ni su hijo ingresarán en el Grupo de Exploración, provocando que su elección no sirviera para nada. Tras ver de nuevo Journey to Babel (ST, 2.15), es muy interesante observar como las tramas y conversaciones de Discovery pueden dar nuevos matices a capítulos de hace 50 años, demostrando lo interesante que resulta la retroalimentación al usar elemento ya existentes del universo en nuevas historias.

Lethe (DIS, 1.06) también nos muestra la situación política de Vulcano, cuyos habitantes siempre me dieron la sensación que no estar cómodos dentro de la Federación. Su desdén hacia los sentimientos y su superioridad fisiológica e intelectual hacia los humanos, motor de la organización, es posiblemente la mejor muestra de esto. Aunque es en las novelas donde se explora mejor esa “incomodidad” como en Spock’s world (Diane Duane, 1988) donde se planteaba un referéndum para salir de esta y en Crisis on Vulcan (Brad y Barbara Strackland, 1996) donde se narra los esfuerzos de Sarek, entre otros, para colocar al planeta en una posición más cómoda como parte valiosa de la Federación, describiéndose los movimientos dentro de la sociedad para volver al aislamiento tradicional. Con la precuela de Enterprise y la presencia de T’Pol como oficial científica, se mostraba como estos habían estado guiando, o reteniendo según Archer, a la Tierra en sus primeros pasos de la exploración espacial tras el primer contacto que vimos en ST: First contact. Para mí era uno de los atractivos que tenía esta serie: ver a unos vulcanos arrogantes y desdeñosos, que mostraban sus reticencias y menospreciaban las ansias exploratorias humanas. Sobre todo las historias de la magnífica cuarta temporada donde vimos el complot romulano para lograr una unificación violenta en la trilogía The Forge (ENT, 4.07), Awakening (ENT, 4.08) y Kir’Shara (ENT, 4.09). O como se inicia el embrión de la alianza que finalmente desembocará en la Federación en Babel One (ENT, 4.12), United (ENT, 4.13) y The aenar (ENT, 4.14), donde se puede apreciar cierta distensión en su trato condescendiente hacia los humanos liderados por el capitán Archer. También me resultó muy interesante cuando nos explicaron que no todos seguían la lógica de Surak en Fusion (ENT, 1.17). Ahora en Discovery, 50 años después de emitir la clásica y con sus historias transcurriendo 90 años después, en un universo de Star Trek mucho complejo y amplio, retomamos la convulsa historia entre humanos y vulcanos. Y lo hacemos de la mano del mismísimo Sarek en el centro de la trama vulcana. Donde está protagonizando una misión para lograr la paz con los klingons, pero cuyo acompañante resulta ser miembro de una facción radical que quiere que los vulcanos abandonen su alianza con terrestres, andorianos y tellarites, haciendo canon lo que las novelas mencionadas había iniciado. Espero con ganas que esto no se quede aquí y sigan desarrollando este arco argumento. (2)

El Día de la Marmota
Reconozco que me gustan las escenas del día a día a bordo, como la fiesta del principio de Magic to make the sanest man go mad (DIS, 1.07), que transmiten que la vida de un tripulante no solo son anomalías y alienígenas nuevos y extraños. Por otro lado este es el primer capítulo con un elemento de ciencia-ficción es el centro del guión: el viaje en el tiempo. En este caso un bucle que se repite una y otra vez. No es la primera vez que lo vemos y en el soberbio Cause and effect (TNG, 5.18) ya se había explorado este efecto narrativo con mejores resultados, la verdad. En esta historia el último bucle queda confuso y su resolución muy rápida, solo pudiendo deducir como espectadores lo que ha pasado fuera de cámara por los anteriores ciclos. El gran mérito es que no se hace repetitivo porque cada vez ocurren cosas diferentes, pero el problema radica en que los personajes en los que se centra la trama son Burnham y Tyler y no quien está viviendo el bucle: Stamets. Al final no sabes muy bien si la intriga va de la relación romántica o de la captura de la Discovery por parte de Mudd. Si querían mezclar bien los dos argumentos el capítulo hubiera tenido más metraje, aunque uno doble hubiera quedado demasiado largo y tedioso, además de empalagoso. O cortar las escenas entre Burnham y Tyler, como la introductoria de esta, centrándome en la repetición del bucle y dejar el romance para otro episodio. No obstante el resultado es un capítulo entretenido.

Pero lo que lo hace divertido es la entrada en escena del estafador, ladrón, mentiroso y arrogante Harcourt Fenton Mudd. Mudd’s women (ST, 1.03) es una moralina sobre la belleza y la autoaceptación, en la que Mudd se nos muestra como un perdedor, un pirata más inocente, y con más ínfulas y egocentrismo, que poder y peligro real. Mientras que en I, Mudd (ST, 2.12) quiere vengarse del arresto que sufrió en su primer encuentro con Kirk y de paso librarse de su “cautiverio” atrae a la tripulación de la Enterprise hasta un planeta cuya población de avanzados androides pretende úsalos, primero como objetivo de su existencia y después controlar la galaxia y hacer a la humanidad menos… menos Mudd. Al final recibía su justo castigo, quedándose retenido en aquel mundo con 500 copias de su chillona esposa y lo mismo le ocurre ahora en Magic to make the sanest man go mad (DIS, 1.07) cuando termina en los brazos de la verdadera Stella. Ahora no es tan infantil como en sus primeras apariciones, aunque mantiene su esencia de desgraciado perdedor, que me gustaría volver a ver en Discovery.

Algunos apuntes
Gabriel Lorca ya nos había dado muestra de que psicológicamente no se encontraba muy en sus cabales y en Choose your pain (DIS, 1.05) descubríamos el porqué: ordenar la autodestrucción de su antigua nave con su tripulación aun a bordo para evitar que fueran capturados por los klingons. Ahora ya nos muestran realmente la paranoia y el desequilibrio mental que sufre el capitán, estando dispuesto a cualquier cosa para mantenerse al mando de la Discovery. Y eso incluye la traición a sus amigos, cuando envía a la almirante Cornwell a una traición segura a manos de los klingons.

El uso del katra me parece un elemento narrativo muy interesante. Ya habíamos visto que era capaz de trasladar la esencia de la mente de un individuo a otros cuerpos en ST III: The search for Spock y en la trilogía The Forge (ENT, 4.07), Awakening (ENT, 4.08) y Kir’Shara (ENT, 4.09), logramos conocer el del mismísimo Sarek. Ahora descubrimos que también se puede usar como medio de comunicación, tanto a cientos de años luz, como en Battle at the binary stars (DIS,1.02), como para conocer los secretos más íntimos del individuo. Me imagino que cuando en Sarek (TNG, 3.23) Picard se unió con el embajador vulcano, este pudo ver la decisión que tomó entre Spock y Burnham. Y si fue así, entonces en Unification II (TNG, 5.08) su hijo logró por fin descubrir la verdad sobre la decisión que tuvo que tomar su padre y las consecuencias que tuvo en Sarek, su propia elección entrando en la Flota Estelar.


Ll. C. H.

Notas de producción:
(1) En una escena cortada de Journey to Babel (ST, 2.15) se indica que Sarek era astrofísico antes de iniciar su carrera diplomática, jubilándose mucho antes de lo normal para su edad, que en ese momento era de 102,437 años terrestres, al “tener otras preocupaciones”. Moriría a los 203 años.

(2) podemos suponer que en la era de TNG, donde no se aprecia esta actitud, estas ideas se han convertido en minoritarias o han desaparecido. Por ejemplo, Tuvok, el único personaje principal vulcano del siglo XXIV, se muestra perfectamente integrado entre la tripulación de la Voyager repleta de humanos.


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